miércoles, 1 de octubre de 2008

Winona y la estrella de Johnny

Una empresa cobra a sus clientes por poner nombre a una estrella.
  • El precio por este timo astronómico está entre 120 y 230 euros.
  • Si regalas una estrella, debes saber que jamás será su nombre oficial.
"Escriba el nombre de las personas amadas en el cielo. Allí su estrella estará junto con tantas otras de personas famosas. Nicole Kidman puso el nombre de Forever Tom a un aestrella para su esposo, Tom Cruise. Winona Ryder inmortalizó a su amigo Johnny Depp con la estrella Jun". Así se anuncia una empresa dedicada a poner el nombre que usted quiera a una estrella por un precio que oscila entre 120 y 230 euros. Así puede hacer el panoli como todas esas celebridades. O doblemente, como la Kidman, con su "Tom para siempre".

La idea es buena. La provisión de materia prima es importante: 100.000 millones de estrellas en nuestraVía Láctea. Y lo mejor de todo, son gratis. Por supuesto, las gordas ya tienen nombre, puesto por antiguos astrónomos: Antares, Deneb, Albireo o el más molón de Zubenelgenubi. Otras más, también pertenecientes al grupo de las 6.000 que podemos ver a simple vista, se las llama con una letra griega (a veces un número) y el nombre de la constelación a la que pertenecen (en latín): Ómicron 2 Canis Majoris (o2CMa). Pero aún quedan muchas otras que carecen de nombre. Al menos uno como el que todos tenemos.

Los astrónomos las llevan catalogando desde hace años y les ponen el nombre del catálogo, como HR 2491. Éstos son los únicos nombres oficiales. Si usted decide regalarle una estrella a su amado sepa que jamás será su nombre oficial. Por mucho que esas empresas publiquen un libro con la relación de nombres y lo envíen a la famosa Biblioteca del Congreso de EE UU o lo guarden en una caja de seguridad en Suiza. El nombre no saldrá de ahí.

Si está emperrado, entre en Internet, busque en una página de astronomía una estrella con nombre de catálogo, hágase un pergamino bonito y cuélguelo en el salón de su casa. Si WinonaRyder pasa por allí y le pregunta cómo ha podido hacerlo, diga muy ufano: "Porque yo lo valgo". Que es lo que hacen esos sacacuartos.

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